Archive for julio 2014

Cámaras, bragas, motos y estrellas

No Comments »

Hace calor en Madrid. Bastante.

Mucho, para ser exactos.

Trabajar en casa a veces mola y otras... bueno, acabas más perdiendo el tiempo que otra cosa.

"Mira! una motita de polvo! Uiii que sed de golpe... A ver esta web, uii ¿y esta? oh! fotos nuevas, uiii que hambreee, un pipi, voy a ponerme a currar va! cliii cliii "hola! como va?" uii hora de merendar! ai mira la motita de polvo otra vez!" Sí, esto a veces pasa, igual que pasa que a veces tardas más de media hora en escoger el disco que te pondrás para currar. Cosas.

Pues podríamos decir, que llevo un poco así algo más de dos semanas, no pasaría nada grave si no tuviera una entrega el 1 de Agosto (sí, cara de susto) que uno curra y mucho, pero no siempre con el ritmo e intensidad que querría, sumado a que en la casa nueva no hay aire acondicionado, pero eso es otro tema.

Así que ayer después de varios quehaceres, trabajo, y visitas varias llegó la noche. Una piensa, "ei es bueno momento ahora para avanzar, hace más fresco..." Y entonces es cuando se activan las alarmas de los timewasters team (freelance en la misma situación que tu jeje)

- voy a hacer la la cena 

- y yo... luego a ver si curro más

- yo tendría que (blablbalabla)

Media hora después de finalizar la conversación ya me habían pasado a recoger por casa y estaba montada en la moto, dirección Pedriza, buscando el fresquito.


Se tenía que testear una cámara, yo sólo iba a hacer de assistant.

Hacía muchos años que no volvía a subirme a una moto de gran cilindrada, aiiis... lo que me gusta a mí una moto... Sentir el aire en todo el cuerpo y la fuerza que tiene, la sensación de libertad, el no pensar en nada y sólo disfrutar.

¿Primera sorpresa de la noche? Ni en moto hacia fresquito! pantalón largo, chaqueta tejana, casco y calor. Aún así que bien se estaba por la autovía, apenas coches y toda la carretera para nosotros.

Llegamos. Acceso cerrado, hay que subir andando. Aparcar la moto. Coger las mochilas, sacar el frontal, ¡no tiene batería/pilas! AHÁ... ¿cómo vamos de batería en el móvil? bien, ok, pues usaremos la linterna del móvil. Empezamos a andar, campo a través. Yo estoy convencida que es mi primera vez en la montaña de noche, porque no recuerdo ninguna excursión nocturna antes. Sigue haciendo mucho calor. Paro y me saco el pantalón. Si, mochila a cuestas, bambas y bragas. Pero eh! y lo fresquita que iba! No corría apenas aire, y el que venía era caliente. So sorry.

No había luna, sólo miles de estrellas. Se escuchaban grillos y nuestros pasos subiendo. A veces también el agua del río. La luz de las estrellas hacía que se apreciarán la silueta de los árboles y las rocas, no sabías de que color era nada, todo era de una gama de colores cálidos, amarillos, anaranjados, marrones... Imaginabas como sería el paisaje a cada paso que dabas, no sabías donde estabas, pero seguro que era bonito. Había tipos de árboles bastante distintos, unos más altos, otros más pequeños, matorrales frondosos, piedras, rocas... Al final llegamos a un sitio que parecía óptimo para fotografiar las estrellas.

Tripode, cámara, movidas técnicas y voilá! un fotón! unas pruebas después nos damos cuenta que no había disparador WTF así que surgió un gran invento con una goma de pelo y unas piedras :)

Me tumbé sobre un pareo a mirar el cielo y me puse la mochila a modo de cojín para estar más cómoda. Qué inmensidad. Todo parecía enorme menos yo, que era tremendamente pequeñita ante todo eso. Ya no teníamos luz, la cámara iba haciendo fotos, y yo observaba todo en silencio, respiraba profundamente aquellos olores, una mezcla de pino, romero, tomillo... Algunas ramas tocaban la piel de mis piernas, ya se notaba algo más el fresco, y de vez en cuando veía estrellas fugaces que me sacaban una sonrisa enorme!

- Nos quejamos mucho, pero al final nuestro trabajo y condición nos permite estar aquí un miércoles por la noche.

- Somos unos afortunados.

Y es verdad, nos quejaremos a veces sobre nuestro wasting time, sobre que no pagan facturas a tiempo, sobre que hay que estar a mil cosas, pero como dice Laura, mi colega actriz, compensa.

Son las dos de la mañana, misión cumplida. Recoger bártulos, bajar. Esta vez sin linterna.

Caminar por el sendero sín luz, fue una sensación nueva rarísima, era como estar dentro de un video juego. No sabías hacía donde tenías que ir, ni que había en el camino, estaba todo oscuro y de vez en cuando aparecía algún brillo. Cuando llevas un rato te acostumbras, y ya no tienes que tocar nada para guiarte. Tus ojos se van acostumbrando y vuelves a mirar el paisaje, el cielo, el horizonte, la inmensidad. Silencios y charlas acompañan el paseo de vuelta.






Llegamos a la moto; antes me pongo el pantalón y la chaqueta. Encontramos el disparador que se había caído. Camino a casa, ahora si, fresquito del bueno, de ese que hace que aprietes los músculos. Entramos de pleno en la carretera, la temperatura ya vuelve a ser de verano, llegamos rápido, bastante. Hacía tiempo que no volvía a casa con olor a motor y gasolina en el pelo. Bonitísmo. Cosas mías.



Llego a casa, me voy a dormir feliz, al final salí de casa, hice una excursión y vi estrellas fugaces. Mañana toca trabajar fuerte. Me pongo el despertador pronto.

Esta mañana me despierto, abro un ojo, miro la hora. Es una hora más tarde de lo que debía ser. No ha sonado el despertador, pero no pasa nada. No estrés. Ayer estuve en la montaña. ¡y lo qué me gusta a mí una montaña!


Y esto es lo que hace un gran fotógrafo con su cámara. Capturar la vía láctea, estrellas fugaces, la magia del Universo.





Lo supe desde el principio

No Comments »



Lo supe desde el principio.

Lo supe desde que me empezaste a querer mucho y te dije que no me quisieras tanto porque me iba a acostumbrar y luego te pediría que me quieras siempre.

Lo supe desde que se rompió aquel espejo en el centro de europa.

Lo supe desde que entramos en esa oficina donde todos estaban divorciados.

Lo supe desde el principio que nos tendríamos que despedir.

Madrid

No Comments »

Madrid.

Sales a cenar un viernes y te tomas una copa, te quieres acostar pronto porque al día siguiente hay jaleo. Mientras te tomas la copa, te invitan a una fiesta. Rechazas la invitación, "mañana será un día largo".

Sábado. Te despiertas. Bajas a desayunar y hacer cuatro recados por el barrio.

Haces la bolsa, metes ropa de piscina, bañador, toalla. Y luego ropa para la boda y todos los bártulos necesarios.

Coges el coche. Te vas a la fiesta. Y es que las fiestas en casa de los Z son siempre memorables. No puedes faltar.

Mediodía, colegas, música, copas, piscina, césped, sol... Regalazo. Al rato te percatas de la hora "Joder! las seis ya... hay que ir a ducharse!"




Subes, te duchas, te peinas, te maquillas, te vistes y sales corriendo a la boda. Llegas justo a tiempo. Sitio bonito, gente bonita. Cena, postre, copas y fiesta.









Salimos a la pista a darlo todo, Denny es un gran compañero de baile. Suerte que ha venido un par de meses de San Francisco, porque no hubiera sido lo mismo sin él. Otros vuelven a la fiesta de la piscina que empezó por la mañana, pero nosotros decidimos alargar una copa más.

De repente Denny pide un descanso, llevamos tres horas bailando sin parar y es cuando él hace referencia a mi energía inagotable para bailar. Él se sienta, yo bailo cerca de su sitio y al final vuelve a bailar. Con esa música era imposible no hacerlo. A lo tonto nos dan las siete de la mañana. Decidimos que ya hemos bailado lo suficiente y que queremos churros con chocolate (eso yo, a él le agencio un pincho de tortilla). Cogemos el coche y nos bajamos al centro.






Iberia cerrado ¡drama! "y ahora ¿dónde desayunamos?" pues mira, cada uno pa'su casa que ya son horas.

A las 11 en pie, ya no puedo dormir más. 3h son suficientes. Me levanto, pongo música y sigo bailando mientras preparo tortilla con jamón y espinacas, zumo y vaso de leche. Ya estoy preparada de nuevo. Ducha y calle. Propongo ir a tomar el vermut.

Después de andar bajo el sol en plan walking dead me dispongo a comer con un colega, "¡gazpacho por favor!" a ver si repongo fuerzas, pero el caso es que no sirvo ni para articular tres frases seguidas, así que disfruto del fresco en silencio y sin quitarme las gafas de sol.



Decidimos ir a tomar el café al bar de siempre, y allí nos encontramos con los demás.

A media tarde, decido irme a hacer un cheescake, que estoy de antojo. Chaqueta puesta y bolso en mano, me lían para quedarme y probar bebidas.

Una cosa lleva a la otra y acabamos cenando allí. Una cosa lleva a la otra y ya suman muchas cañas en la mesa. Una cosa lleva a la otra y acabamos de cocktails en el bar de al lado. Mis dispositivos sin apenas batería, y yo sin llaves de casa. (En algún momento del sábado las perdí...)

Poco importa todo eso, estamos disfrutando, en buena compañía, las horas pasan y uno no se da cuenta, hasta que las copas, y el domingo, empiezan a pasar factura. Sobre la una nos retiramos, cada uno para casa.

No puedo entrar en la mía así qué de camino pruebo si mi colega está despierto.

¡Bravo! si, lo está y me acoge.

Recuerdo el número de la casa pero no el piso, y justo en el momento de intercambio de información ¡PLASH! se acaba la batería. Jooooder "¿¡y ahora que!? para un día que no cojo los cargadores..." (claro, si es que yo salía a tomarme un vermutito y mira como he acabado....)

Entro en el primer bar que encuentro y pido si tienen cargador, ¡TIENEN! Me salvan la vida. "¿Quieres algo?" "No gracias, llevo bebiendo desde las 4 de la tarde." Blablablabla y saca una botella de Jagger "¡OH NO! yo no quiero, que eso envenena." Bueno, pues ya de perdidos al río, Jagger pa'dentro. Móvil cargándose, conversación con el camarero y finalmente poder entrar en casa de mi gran amigo.

A las 7.30 de la mañana en pie (MYGOD), correeee pa'casa a quitar el coche de la zona azul. Ves a Alcobendas a buscar una copia de las llaves. Desayunar en una gasolinera. Dejar el coche en el parking. Coger el metro. Y finalmente llegar a casa.



Son las 11 de la mañana. Te duermes. Abres un ojo a la una. Ya eres persona. Te duchas. Revives. Sonríes. Preparas la comida y finalmente te pones a trabajar.

Y esto es lo que a menudo no se puede explicar de Madrid.

No es ni la primera ni la última de mis aventuras, pero es la que me apetecía contar para expresar el sentido de la ciudad.

Madrid es vida y alma. Madrid hace que todo sea intenso. Por eso sigo aquí, por eso cada día te quiero más.